
Continuación
de la entrada del diario del miércoles 19 de agosto.
Uy,
parce, mire a mi bebé hermoso. Graciela, así se llama. Ese es el nombre de la
primera pelada que yo quise de verdad. Más fiel que el mejor perro, parcerito…
Pille cómo la mimo. Como a la mujer, hay que acariciarla con las manos y con la
palabra; y, como la mujer, ella sabe entregarse al que la atiende bien. Y no
olvides, viejo Bayron, que ella es tu vida. Si no la cuidas, si no la
consientes, facilito te pueden estar pelando.
Y
tú… ¿Cómo es tu nombre? Ah, Augusto. Ustedes, los riquillos, desde el nombre lo
tienen poderoso: que Ricardo, que Antonio, que Augusto,...