Inventario de mis actividades literarias de 2016

El 2016 fue un año inesperadamente movido en actividades relacionadas con la literatura para mí. Este resumen es para los pocos que tal vez se alegren de las pequeñas cosas buenas que le pasan a uno.

Como algunos puede que recuerden, ando de retirada de la literatura, tanto que he logrado que este texto sea lo único que he escrito este año. Sin embargo, alguna gente valora un poco los atrevimientos de uno y, como dijo García Márquez, "es más difícil acabar una guerra que empezarla", así que retirarme definitivamente de la literatura será un proceso largo y lento, máxime si tengo unos cinco libros sin publicar, algunos con más de 25 años de haberlos escrito.

El 22 de abril brindé una charla de acercamiento a la creación literaria a los estudiantes de la Institución Educativa Madre María Bernarda de Ciénaga de Oro. Invitado por el profesor Rafael Padilla y su equipo de docentes del Departamento de Español, tuve como público a unas doscientas personas entre estudiantes, profesores y personal administrativo. Fue una dinámica jornada con activa participación de los estudiantes.

El 26 de abril fungí como jurado del Primer Concurso Interinstitucional de Cuentos en San Juan de Urabá “Todos tenemos algo que contar”, invitado por la docente Bella Rosa Galvis Martínez, organizadora del certamen.

El 28 de abril estuve en dos eventos en municipios muy distantes el uno del otro. Fue una jornada maratónica:

Muy temprano viajé desde Cereté, donde resido, hasta el municipio de Canalete (ubicada a unos 50 km), donde el profesor José Beleño me preparó un homenaje.

José Beleño es un docente de Sociales en la Institución Educativa San José de Canalete que adelanta unos loables programas extracurriculares de repercusiones en toda la región. Ha hecho grabaciones musicales de talentos locales, ha tenido grupos de teatro, realiza jornadas literarias, organiza talleres con escritores, lleva grupos de estudiantes a encuentros literarios en otras ciudades, tiene un programa de cine que presenta películas en barrios y veredas del municipio, y adelanta un novedosísimo programa denominado Lectura al Parque. Este programa consiste en que él y su equipo de
docentes y estudiantes escogen a un escritor para ser leído y estudiado en las aulas. Adquieren una significativa cantidad de ejemplares del libro escogido. Para comprarlos buscan patrocinadores que aportan dinero, tales como docentes, funcionarios de la alcaldía, finqueros y comerciantes. El día asignado para ello, organizan un evento en el parque central del municipio, en el cual un numeroso grupo de estudiantes lee por turnos, uno tras otro, todo el libro escogido. Al evento asiste una significativa cantidad de estudiantes del municipio y habitantes del pueblo. Este año, en la Lectura al Parque que dedicaron a mi novela La senda de la Muertes, contaron además con la asistencia de los escritores Martín Salas y Carmen Amelia Pinto, y de Blanca Muñoz, Exsecretaria de Cultura de Córdoba.

Es la segunda ocasión en que escogen una obra mía (único autor repitente en este evento) pues ya había sido escogida Podene, la historia de un niño solitario (2013), en la primera lectura, y a principios de este año, en la número once, mi novela La Senda de la muerte.

Es este un trabajo silencioso pero muy significativo de este profesor que, cosa poco común, está muy relacionado con la literatura pero él se desempeña en el área de sociales. 

Rosiris Pérez, quien dijo de memoria más de 20 páginas de mi novela.
Luego salí a las volandas para Montelíbano (150 kilómetros de Canalete) pues a las dos de la tarde del mismo 28 de abril, la Institución Educativa Belén, en el marco de la celebración del Día del Idioma, me tenía preparado otro homenaje. En los salones se realizaron exposiciones y actividades relativas a mi obra, tuve un conversatorio con un grupo de estudiantes y luego me fue entregada una placa delante de la comunidad educativa.




El 29 de Abril, en la Institución Educativa San Bernardo de Montelíbano, tuve un conversatorio con los estudiantes lectores de mi novela La senda de la muerte. Estuve acuciosamente interrogado por alrededor de 150 alumnos, quienes demostraron no solo su capacidad de comprensión de la novela, sino un gran interés por la temática abordada en la misma.



El 17 de mayo, en el Colegio Nacional José María Córdoba (Conalco) de Montería, tuve un conversatorio con los estudiantes lectores de mi novela La senda de la muerte. Dirigidos por el docente Francisco Jiménez Petro, los estudiantes cantaron coplas, leyeron cartas y textos argumentativos, y presentaron una obra de teatro con base en la novela objeto de estudio. También organizaron un concurso de diarios de lectura de mi novela, y los ganadores recibieron la premiación respectiva.
Escenificación de mi novela


El 31 de mayo se realizó la entrega de premios del concurso de cartas con base en la novela La senda de la muerte en la Institución Educativa San Bernardo de Montelíbano. Este evento fue organizado por el docente Fabio Ramos. Los ganadores fueron los estudiantes María Ángela Quiñónez, Edy Mar Álvarez Fuentes y Rafael Brito Alemán. 

El 23 de julio tuve la presentación de mi novela La Senda de la Muerte ante el taller de literatura Cantos de Juyá, adscrito a la Red Nacional de talleres de Literatura (Relata) del Ministerio de Cultura. Esto se realizó en el Centro Cultural de Riohacha, La Guajira. Allí, con los miembros del taller, dirigido por el escritor Víctor Bravo Mendoza, y quienes habían estudiado con anterioridad mi novela, compartimos conocimientos sobre la escritura de novelas a través de la historia.
  
El 28 de julio tuvo lugar en Maicao (La Guajira) el Lanzamiento de la novela La senda de la muerte en la Casa de la Cultura de esa importante ciudad fronteriza. Al evento asistió más de medio centenar de personas entre los que se encontraban personalidades como Ramiro Choles Andrade (Presidente de la Academia de Historia de Maicao), el periodista y destacado dirigente social Alejandro Rutto Martínez (escritor, Exsecretario de Educación Departamental
y dos veces candidato a la alcaldía de ese municipio), Javier Díaz Daza (consagrado compositor vallenato con éxitos nacionales como Un compromiso contigo, Tu mejor amante y A que te conquisto, grabadas por Los Betos), entre otras personalidades como docentes, periodistas y escritores de la localidad.

Con el gran Javier Díaz Daza.

El 28  de octubre me hice presente en un evento de la Academia de Historia de Montelíbano, Córdoba, y me encontré la sorpresa de que me entregaron un hermoso diploma como reconocimiento a mi labor como artista. Fue para mí de gran satisfacción encontrarme allí con escritores, periodistas, dirigentes sociales y Ricardo Olea, decimero de gran reconocimiento nacional a internacional por sus premios y conferencias sobre este arte. 
Con el reconocido decimero Ricardo Olea.
El 21 de octubre tuve dos actos en el marco de la I Feria de la Lectura de Montería “Un Río de Libros”, organizada por la Alcaldía Municipal. El primero consistió en la conferencia “De modernidades y posmodernidades narrativas y otras curiosidades en la novela actual”, y el segundo fue un conversatorio sobre “El libro que cambió su vida”, en el cual compartí escenario con los escritores Félix Manzur Jattin (director de la Cámara de Comercio de Montería), Julio César Pérez Méndez (candidato a Phd en Literatura de la Universidad de El Paso, EEUU) y el gran poeta Álvaro Miranda, autor de la ya clásica novela La risa del cuervo. Este evento contó con una excelente asistencia de público en todos los actos de su programación.
  

Del 23 al 25 de octubre tuvo lugar el evento denominado Expociencia, en el cual numerosas instituciones educativas del departamento de Córdoba presentaron proyectos que adelantan en su interior. En este evento, realizado en el parque central de Montería, el Colegio Nacional José María Córdoba de Montería estuvo representado por el proyecto de lectura de mi novela La senda de la muerte. Allí expusieron ejemplares de mi obra, los diarios de lectura realizados por los estudiantes, y la obra de teatro basada en la misma novela.


El 31 de octubre asistí al conversatorio sobre mi novela La senda de la muerte en la Institución Educativa San Juan de San Juan de Urabá. Allí los estudiantes presentaron fotovideos (videos consistentes en sucesión de fotografías intervenidas en las que se escenificaban algunos episodios de la novela) y videos donde dramatizaban escenas de la novela. Luego hubo la sesión de preguntas, respuestas y comentarios sobre la experiencia de lectura del libro. Los estudiantes no sólo demostraron comprensión del texto sino también un gran interés por el tema y contextualización de la historia. 


El 11 de noviembre fungí como uno de los escritores invitados (conferencista) en el I Encuentro de docentes de Córdoba “Maestro, tú tiene la palabra”. Allí diserté sobre estrategias para incentivar la lectura en el aula.


Finalmente, quiero participar que este año adquirieron una importante cantidad de ejemplares de mis libros (Podene, La senda de la muerte y Cuentos para tener en cuenta) profesores y estudiantes de las instituciones educativas San Bernardo, San Jorge, San Antonio María Claret y Belén de Montelíbano; Madre María Bernarda de Ciénaga de Oro, San José de Canalete, José María Córdoba de Montería, y Universidad de Córdoba, en el Departamento de Córdoba; San Juan de San Juan de Urabá en el Departamento de Antioquia, y Santa Catalina de Siena y la sede Perpetuo Socorro de la I.E. No. 8 de Maicao, en el Departamento de La Guajira; además de ejemplares distribuidos en Medellín, Riohacha y otras ciudades.

Mis insuficientes agradecimientos a los que adquirieron, leyeron, analizaron y promovieron mis libros, valorando mi trabajo y proporcionándome felicidad con ello.

LA SENDA DE LA MUERTE, novela del escritor Naudin Gracián

Por Nelson Castillo Pérez
Escritor, docente universitario.

Esta novela no es experimental. Su técnica quizás lo fue en el pasado. Ya antes William Faulkner quiso decir algo sobre la condición humana y congregó una serie de monólogos alrededor del hombre que tallaba un ataúd para alguien que se iba a morir. Esta historia de Faulkner se titula Mientras agonizo, cuyos recursos técnicos venían a su vez de Ulises, la famosa novela de James Joyce. Más tarde, con la lealtad de un discípulo aventajado, tanto Naguib Mahfuz como Gabriel García Márquez, sin mencionar a Virginia Woolf, siguieron la estela: el primero escribiría la novela Miramar; y el segundo, La hojarasca. Ambas son novelas cuyos personajes tienen sus propios discursos que giran en torno a un mismo motivo.



De modo que lo experimental en la novela de Naudín Gracián es el método con el cual se construyó la novela en la asignatura Didáctica de la Literatura, donde los estudiantes en el aula de clase, bajo la paciente orientación del profesor, le dieron rienda suelta a la creatividad. Un método de construcción colectiva, un eficaz ejercicio de pedagogía.

En la década de los setenta ya el escritor David Sánchez Juliao había utilizado el método de investigación sociológica llamado IAP, Investigación, Acción y Participación, en el que el investigador se integra y participa con los habitantes de una región para construir colectivamente las ideas y establecer con objetividad la esencia del motivo investigado. A través de esta metodología el escritor cordobés escribió profundas historias testimoniales que reunió en un libro de combate: Historias de Racamandaca.

La novela La senda de la muerte, como lo dice el propio Naudin Gracián en la presentación del libro, es de su absoluta autoría, con lo cual ratifica que la obra literaria, aunque su mecanismo principal provenga de la realidad real, pertenece exclusivamente a la capacidad creativa del escritor, quien la ficcionaliza, es decir, la hace seductora, atractiva, mediante la sabia organización de los hechos, la elaboración de los diálogos, y el uso apropiado del lenguaje.

La novela que hoy nos ocupa, vista a grandes rasgos, presenta la historia de un adolescente descarriado, Weimar Vélez, atrapado por la vida delincuencial del medio en que vive, que es el profundo sur de la ciudad, cuyo final, por obvias razones, es fatal, para sufrimiento propio y de los suyos.

La novela se desarrolla mediante un contrapunteo discursivo que configura diferentes escenarios con sus respectivos personajes frente un mismo motivo: Weimar Vélez.


Por una parte, entre otros puntos de vista, un narrador omnisciente; por otro, soliloquios de personajes que hacen parte orgánica de la trama, y por otro, la visión de un académico que se propone a escribir un diario en torno a la vida que observa y siente en el medio donde vive una temporada, que es el sur de la ciudad, escenario en el que se mueven Weimar y los demás amigotes del parche. Un  pretexto, si se quiere, para hablar de la inseguridad social y del estado lamentable de la pobreza y la mala educación que arroja a los jóvenes al mundo de las drogas y a la delincuencia. Y detrás de todo, como la piltrafa de una bandera ondeada por el viento de la derrota, el fracaso estruendoso del capitalismo.

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