Por Naudín Gracián
Por internet está circulando el siguiente mensaje con el consejo de enviarlo a todas las personas que uno quiere. Leámoslo con atención para percibir el retrato de sociedad que en él se perfila:
“Con motivo del auge que ha tomado la inseguridad en el país, y ya que no podemos confiar en las autoridades, tenemos que tomar medidas para que nosotros y nuestros familiares no salgan lastimados, violados, mutilados, extorsionados, muertos o cualquier cosa inimaginable de las que están sucediendo.
RECOMENDACIONES:
Sé tolerante: Si, manejando, alguien viene pitándote o te quiere rebasar, hazte a un lado, no sabes quién es, ni por qué es su prisa. No vayas a pelear ni a reclamar si alguien viene apurando o te cerró el paso; respira profundamente, cuenta hasta 10 y VALORA TU VIDA.
Sé cuidadoso: Frecuentar centros comerciales, bares, discotecas, etc. ya no es seguro. El narcotráfico se ha apoderado de estos lugares, y en cualquier momento pueden llegar al lugar donde estés y cerrarlo. Habla con tus amigos y empiecen a reunirse en las casas para divertirse y conversar un rato.
Sé humilde: A veces nos gusta presumir de lo que tenemos. Estos tiempos nos piden actuar con "bajo perfil". Si tienes dinero, qué bueno por ti, pero que no lo sepan a los 4 vientos, ni derroches en restaurantes, ni te dejes ver lleno de bolsas de negocios caros, en centros comerciales, etc. Los delincuentes son muy avisados y andan buscando gente con dinero para secuestrarlos o robarles.
Sé prudente: Ser valiente tiene sus consecuencias. Si ves que le están haciendo daño a alguien o sabes dónde tienen lo tienen secuestrado.... Avisa... PERO... no hables cerca del lugar, ni desde tu celular, ni desde un teléfono fijo. Utiliza un teléfono público y habla de anónimo.
Sé ágil: Si estás en tu automóvil en medio de una balacera, échate al piso del vehículo y cubre tu cabeza con tus manos; si tienes niños dentro del automóvil, agárralos bien fuerte y échate al piso con ellos. Si vas caminando, no salgas corriendo ya que te pueden confundir, mejor tírate al piso y cubre tu cabeza con las manos.
Sé reservado: Cierra la boca en lugares públicos y no hables de que 'la delincuencia te tiene hasta la coronilla'... ni que 'sabes donde están los mafiosos'... ni que 'quieres hacer algo por parar la delincuencia'. Ya no sabes a quién tienes al lado de ti en el restaurante, en la misa, en el parque... resérvate tus comentarios.
Sé prevenido: Si tienes hijos menores a los que les encanta salir, es tiempo de hablar muy seriamente con ellos y, si es necesario, quítales las llaves de los carros y prohíbeles las salidas después de las 9 de la noche.... a los ladrones y a la mafia les encanta operar en la noche. Darán gritos, saltos, te maldecirán, pero es preferible aguantar eso, que dos o tres días en la morgue, esperando sus cadáveres... todo es por la vida de tu familia.
Sé desconfiado: No sabemos a quién tenemos de vecinos, ni quiénes sacan conversación en el supermercado o quiénes son nuestros clientes, etc. Mejor no socializar con personas que no conoces, no sabemos cuáles son sus intenciones.
Sé discreto: Publicar tus fotos o las de tu familia en Facebook, Hi5, Myspaces... es divertido, pero no publiques fotos de viajes, de los carros de la familia, de tu casa, o de tus actividades ordinarias. Los dueños de lo ajeno son expertos en informática y ahí se van dando cuenta cómo te va a ti... o a tu familia, y cuidado con lo que están publicando tus hijos, ¡haz que te lo muestren!
A puertas cerradas: Que en tu casa no abran la puerta a menos que la persona esté completamente identificada. No compres nada que te lleguen a ofrecer a la puerta, no abras para entregar donaciones solicitadas por desconocidos; abandona la costumbre de vender el material reciclable a quien llega a comprarlo a la puerta, instruye a tu familia para que no abra para recibir paquetes o entregas inesperadas (si es legitimo, puedes reclamar el paquete de cualquier forma).
Entrega lo que te pidan: Si desafortunadamente eres víctima de un asalto mantén la calma, no hagas ningún movimiento que los ponga nerviosos, no les veas la cara, entrega lo que te pidan y trata de alejarte calmadamente. Oponer resistencia te puede costar la vida.
Menos es más: Lleva siempre poco dinero en efectivo, utiliza para diario una tarjeta con un límite de crédito bajo y guarda las gold/platinum card bajo llave para cuando las necesites. Abre varias cuentas de banco para los gastos corrientes y divide los depósitos y gastos, para que nunca des la impresión de disponer de recursos inmediatos.
Atentamente,
Madres, Padres, Vecinos, amigos e hijos preocupados por la situación en que vivimos en Colombia”.
Hasta ahí el mensaje. Y uno queda contento de que le envíen esta serie de cosas porque, de esa manera, uno y las personas que quiere reciben unas importantísimas instrucciones que muy seguramente salvarán su felicidad y su misma vida. Lo grave de este asunto es que de ello se desprende el siguiente raciocinio: Colombia es un país cercado y constituido por criminales, en el cual las pocas personas de bien están en un serio peligro de extinción. Si eres un sujeto de bien, vive consciente de que cualquiera y casi todos están pendientes de encontrar el momento de hacerte daño; por lo tanto no te muestres, sal lo menos posible de tu fortificación personal, no mires, no te expreses, no sueñes ni luches por mejorar, no compartas, no disfrutes: no vivas dignamente. Y se concluye que, aunque digamos a boca llena que consideramos que no vivimos en un país tan deplorable, y nos apresuremos a insultar al extranjero que lo insinúe siquiera, en el fondo ésa es la imagen que tenemos del país, pues agradecemos instintivamente esta clase de mensajes y corremos a distribuirlo entre nuestros allegados. Y nos alegramos porque nuestros barrios tienen vigilantes nocturnos a los que les pagamos, no sabemos muy bien si es para que nos cuiden, nos vigilen o para que ellos mismos no nos roben (son los paramilitares de los pobres); porque la policía nos filma y requisa repetidas veces en un viaje por las carreteras, porque se adelanta toda suerte de campañas para que no nos estafen por internet, para que no nos echen escopolamina, para que no se roben nuestros hijos; y felicitamos a las autoridades porque a veces señalan a un corrupto (que, por supuesto, no es ni la punta del iceberg de la corrupción que todos conocemos, y a sabiendas de que recibirá un castigo irrisorio frente el daño social que ha causado), porque detienen a un delincuente, porque nos posibilitan movilizarnos con una temerosa libertad, porque mejoran de una mínima manera algún servicio para la comunidad; o sea que felicitamos y damos rimbombantes gracias a los funcionarios que cumplen mínimamente su deber, a los cuales les pagamos con nuestros impuestos para que precisamente hagan eso, y de mejor manera. Porque estamos tan acostumbrados a la incorrección que el funcionario que cumple una parte mínima de su función, es merecedor y exige reconocimientos y honores por ello, ya que se distingue del resto. En nuestra sociedad son comunes frases como “no hay político que no sea ladrón”, “el policía y el ladrón están hechos del mismo palo”, “fulano roba pero hace o da trabajo”, “lo malo de la rosca es no estar en ella…” Y vivimos criticando, pero trabajamos y votamos para que los mismos corruptos de siempre nos gobiernen, o sea para que esta situación de paranoia con toda la razón, se perpetúe y agudice, pues son esos dirigentes los que han trabajado muy aplicados para producir la sociedad que somos.
En fin, detalles aparentemente anodinos como un mensaje como éste, demuestra que vivimos en una sociedad resquebrajada en sus bases, que requiere urgentemente y desde hace mucho tiempo un cambio de visión, de concepción de los valores, y de paradigmas para dirigirla. ¿Seremos capaces de revelarnos ante lo que estos “dirigentes” han hecho de nosotros como sociedad? ¿Cuándo?